Dinamarca, dónde escondes a la gente?
Conducimos casi toda Dinamarca preguntándonos eso. Campo, campo, seguido de campo y a lo lejos? Sí, más campo. Pueblos prácticamente deshabitados, pero con unos paisajes que te quitan el aliento. Y así de norte a sur, hasta que fuimos hacia Nyborg para cruzar el infinito puente dirección: Copenhague.
Para mi esta ciudad es muy especial, ya que fue el primer destino al que fui tras la última quimio y antes del diagnóstico final, por lo que me fue emotivo volver a pasear por sus calles tras 2 años y medio. Y así es la vida, que siempre sigue sorprendiendo.
Aparcamos en un parking gratuito a las afueras de la ciudad y a las orillas del río de Christiania (con el visto bueno del dueño de la casa de enfrente, por supuesto).
Copenhague no deja indiferente: su gente, la moda, las calles.. SU ROLLO!
Para los futuros visitantes, están los imprescindibles para visitar como la Sirenita, canal de Nyhavn, Christiania, el parque de Tivoli…
Aunque no hay nada mejor que dejarse llevar por sus calles, perderse para encontrar lo inesperado. Como buen país escandinavo tiene las mejores tiendas de decoración, desde sofás y armarios a los detalles más inesperados para personalizar tu hogar, además, las tiendas de ropa de segunda mano más guays de todo el viaje.
Escandinavia.. un mundo aparte, lleno de buen gusto.
Y con el pensamiento de siempre regresar, nos dirigimos a Gedser para subir al ferry dirección Rostock (Alemania) para conducir hasta Berlin.
Y llegamos a Berlin, una ciudad alternativa, multicultural y diferente al resto de Alemania. Con un mivimiento bio eco y reciclable por toda la ciudad.
Y como en Normandía, vivimos parte de lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial.
Y en Berlin ponemos punto y aparte a esta aventura. A unos meses de vida libre, furgonetera, de disfrute.. de LIBERTAD!! De guiarnos por la luz del sol (o de la luna), de comer cuando tenemos hambre, de playa o lago cuando nos apetece un chapuzón, de no tener agenda y quedarnos en lugares de ensueño sin planearlo..
Pero ahora nos apetece cambiar la furgoneta por un apartamento aunque.. de estilo de vida no. (Y con la furgo aparcada y preparada, siempre lista para partir).
Queremos seguir sintiendo esta libertad!! Y es solo cuestión de trabajar en ello.
P.
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